Jugar es un derecho y una necesidad de los niños ya que a través de esta actividad se experimenta, sentimos curiosidad, descubrimos, nos expresarnos y aprendemos, pero ¿por qué los papás y mamás deberían jugar con los niños? Chicco, te cuenta más sobre esto
El juego es una herramienta de aprendizaje innata en la que se produce un proceso interactivo y de comunicación con el entorno natural y con otras personas. A través del juego, entre niños o entre niños y adultos, llevará a los más pequeños a entender y comprender qué pasa en el mundo en que vivimos.
Esta (el juego) es la actividad más importante en la vida de un niño y niña. Jugar, jamás será una pérdida de tiempo. Seguimos escuchando frases como “Hasta que termines tu tarea podrás salir a jugar”. No hay nada más erróneo que este pensamiento”, indica Rita Reyes Varela, Especialista en desarrollo y crianza de Proyecto DEI
Para hablar de este y muchos otros temas que interesan a los padres, es que se ha creado Chicco Research Center, una fuente confiable en el camino de la paternidad con soluciones innovadoras y ayudar en la vida cotidiana mediante el asesoramiento y el apoyo constante en el trabajo de crianza de los hijos.
En este sentido Chicco sabe que, con el juego, los niños entienden el funcionamiento del mundo por su espíritu de investigación y su entorno que se convierte en el espacio para imaginar y crear, aspectos que marcan la primera infancia a través de la investigación y el juego.
La especialista en desarrollo y crianza de Proyecto DEI señala que, de acuerdo con la etapa de desarrollo y edad, los niños juegan de diferente manera y necesitan estímulos particulares:
De 2 a 4 meses, el primer objeto de juego es con él o ella misma. Empiezan a investigar su dedo, primero por accidente, y después ya lo hacen de manera voluntaria.
· De 5 a 12 meses, los activables son un excelente juguete, ya que de pronto, dan un manotazo sobre la mesa y producen un ruido, lo vuelve a intentar y se da cuenta que él o ella son los que pueden provocar dicho ruido. Y así empieza un juego con distintos objetos, los cuales son capaces de activar. Los activables son excelentes juguetes para esta edad.
· De 12 meses a 3 años, el juego debe de ser lúdico y libre, el papel del adulto es acompañar ese juego y dar sostén emocional, presencia plena y jugar.
Rita Reyes de Proyecto DEI indica que, en el juego, el niño y la niña deben de llevar la batuta, teniendo a sus cuidadores primarios observándolos y dispuestos en presencia plena para seguirlos en su juego, ya que a través de este pueden resolver conflictos emocionales, el juego es catártico. Además, si se observan podemos darnos cuenta de cómo está emocionalmente el niño o la niña. El juego es “muy chismoso” si somos observadores.
Recomendaciones para papás, mamás y cuidadores:
La especialista en desarrollo y crianza comenta que para que los adultos se puedan conectar con el juego de sus hijos e hijas, es conveniente que despierten a su “niño interior” para divertirse plenamente, con el alma del niño que llevan dentro. Solo así puede haber una conexión profunda en el juego: dos almas sintonizadas, alegres, divertidas, sorprendidas, aprendiendo y divirtiéndose juntas.
Intenta tener algunos momentos al día para jugar en plenitud con tus hijos e hijas. Con este simple hecho estarás favoreciendo la conexión de neuronas en su cerebro y contribuyendo a que su aprendizaje sea mejor en un futuro. Además, el cerebro de los niños necesita de tiempo de calidad y presencia plena de los adultos que tienen cerca. Las interacciones sensibles y cariñosas pueden ser esenciales para el futuro, mental, emocional, físico, psicológico de los niños.
Aprovecha y disfruta la oportunidad de vincularte a través del juego. Tú, como papá o mamá, tienes el equipaje adecuado para ser el mejor objeto de juego. Los juguetes son tus aliados, pero tú eres la pieza principal.
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