El secreto de la pastelería: conociendo los tipos de hojaldre

El hojaldre es uno de los grandes protagonistas en la pastelería; es mucho más que un ingrediente, es
una auténtica joya de la repostería clásica. Su secreto reside en una técnica simple, pero exigente: una
masa laminada, enriquecida con mantequilla, que se pliega y se extiende repetidamente, creando
múltiples capas finas que se esponjan al ser horneadas. Este proceso, fundamental para conseguir una
textura que se deshace en la boca, es un tesoro transmitido de generación en generación.

Walmart Express te cuenta sobre los tipos de hojaldre que existen para que experimentes con ellos en tu
próxima sesión de horneado.

  1. Clásico: es el más conocido y utilizado en una amplia variedad de recetas tanto dulces como
    saladas. Su preparación consiste en una masa básica de harina, agua, sal y mantequilla, que se
    estira y pliega para crear capas finas. Al hornearse, el vapor generado por la humedad y la grasa
    hace que la masa suba y se vuelva ligera y crujiente. Este tipo de hojaldre es ideal para
    croissants, empanadas, volovanes y tartas saladas.
  2. Invertido: es una variación técnica donde el orden de los ingredientes se invierte: la mantequilla
    envuelve la masa en lugar de estar dentro de ella. Este método genera un resultado aún más
    crujiente y ligero, ya que la grasa se distribuye de manera diferente entre las capas. Es utilizado
    en la elaboración de postres como el famoso mille-feuille o «milhojas», donde se busca una
    estructura extremadamente crujiente.
  3. Rápido: es una versión simplificada que reduce el tiempo de elaboración y las capas de plegado.
    Este hojaldre no requiere el mismo nivel de precisión que el clásico. Se utiliza para
    preparaciones menos elaboradas, como bases de tartas o galletas saladas, donde no es tan
    importante tener un gran desarrollo de capas.
  4. Mantequilla: se distingue por el uso exclusivo de este ingrediente, lo que le otorga un sabor más
    rico y una contextura más fina y crujiente. Es ideal para recetas de repostería de alta gama,
    como el kouign-amann o las palmeras de hojaldre. Su principal ventaja es el sabor auténtico y la
    calidad superior que proporciona la mantequilla pura frente a las margarinas u otras grasas.
  5. Sin gluten: con la creciente demanda de opciones para personas con intolerancias alimentarias,
    esta versión ha ganado popularidad. Se elabora utilizando harinas alternativas, como la de arroz
    o la de almendra, combinadas con ingredientes que imitan la elasticidad del gluten, como el
    xantano o la goma guar. Si bien puede ser más difícil de trabajar y el resultado no es
    exactamente igual al hojaldre tradicional, se mantiene como una gran opción para quienes
    buscan disfrutar de estas delicias sin comprometer su salud.

En la pastelería, el hojaldre es sin duda un arte, y conocer los diferentes tipos abre un abanico de
posibilidades creativas para elaborar postres exquisitos. Ya sea que prefieras uno ligero y crujiente, o
uno más rápido y sencillo, la magia de esta masa reside en su versatilidad y en su capacidad para
transformar cualquier preparación en una experiencia culinaria inolvidable.
Ahora que conoces todas las posibilidades que puedes preparar con esta deliciosa joya de la repostería,
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