En Tarumba las recetas son herencia de generaciones que han cocinado durante toda su vida, a través de ellas se transmite conocimiento ancestral y se forja un lazo colectivo.
En 2010 la cocina mexicana fue inscrita por la UNESCO en la lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La manera en que se prepara y su técnica —en ocasiones convertida en ritual— fueron algunos de los factores fundamentales para que se colocara como una de las únicas cuatro cocinas en el mundo que están en dicho listado.
A través de las prácticas culinarias tradicionales, los cocineros de nuestro país no sólo ponen en la mesa deliciosos platillos, sino que, según los expertos, contribuyen a la preservación de la identidad cultural e incluso, a la cohesión social y al desarrollo comunitario.
En un mundo cada vez más globalizado, esas tradiciones se ven más amenazadas, pues las tendencias cambian rápidamente y con cada cambio se corre el riesgo de perder la identidad gastronómica de pueblos como San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
En este lugar, considerado mágico por muchos, se ubica Tarumba, un restaurante que trabaja día a día para preservar el patrimonio de su ciudad, su gastronomía, las raíces de su gente, sus lenguas y su legado.
Molcajetes, metates, grandes comales de barro sobre un fogón dan un calor natural a la cocina y en él se tienden las tortillas hechas a mano. Afuera, en las calles, se despliegan grandes mercados, ahí se eligen los ingredientes más frescos para los platillos que se preparan en este restaurante.
La forma en que se cocina y se sirve en Tarumba ha hecho que el chef Jorge Gordillo y su equipo sean reconocidos por su labor para preservar el patrimonio gastronómico de Chiapas.
A través de cada plato ponen en la mesa la riqueza cultural de este pueblo. Por ejemplo, el pox, la bebida con la que preparan muchos de sus tragos, es producido de manera artesanal por la familia de Cristina, colaboradora fiel del restaurante.
En todo el estado esta bebida es considerada espirituosa y medicinal, gracias a ello se cree que alegra el alma. Al igual que con este elixir, el resto de la cocina del estado es rica en tradición, por eso en Tarumba las recetas que se preparan son herencia de mamás, abuelas y personas que han cocinado durante toda su vida. Detrás de cada una de ellas hay años de conocimiento y cientos de historias colectivas.
Además de servir comida, en este lugar se promueve el orgullo de las personas por sus lenguas originarias, como el tzotzil y el chol. Con ellas se habla a los comensales y se les introduce en una nueva experiencia preguntándoles siempre “¿K’uxi avo’onton?”, que significa “¿Cómo está tu corazón?”.
Tarumba es el restaurante de Sombra del Agua, el hotel más antiguo de San Cristóbal de las Casas, fundado hace más de un siglo. Su nombre proviene de las páginas del poemario homónimo publicado por Jaime Sabines, el poeta chiapaneco por excelencia.
Es con esa autoridad y ese conocimiento de su cultura, a través de su cocina abierta asume la responsabilidad de preservar el patrimonio gastronómico de San Cristóbal de las Casas para hacerlo colectivo y compartirlo con las generaciones venideras.
Tarumba, herencia cultural y gastronómica
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Acerca de Tarumba
Tarumba es el restaurante de Sombra del Agua, el hotel más antiguo de San Cristóbal de las Casas. Tomó su nombre de las páginas del poemario homónimo publicado en 1956 por Jaime Sabines, el poeta chiapaneco por excelencia. Es el lugar donde el chef Jorge Gordillo y su equipo hilan conocimientos ancestrales para crear platillos que enaltecen la gastronomía de San Cristóbal de las Casas y expresan el orgullo de su gente, sus raíces, sus lenguas y su legado.
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IG: @tarumba.mx
FB: Tarumba.mx