En el estado de Guanajuato, se preserva una de las tradiciones gastronómicas otomíes más arraigadas, hablamos de la Tortilla Ceremonial. Un alimento que comúnmente se servía en las fiestas de los santos o como ofrenda, ya que simboliza respeto y gratitud.
El pueblo mágico de Comonfort, en Guanajuato, venera la tortilla ceremonial y celebra que este alimento -con sello- sea parte del patrimonio gastronómico y cultural del estado.
La Tortilla Ceremonial, se trata de una tortilla hecha a mano y de maíz nixtamalizado, que lleva en uno de los lados la impresión de una imagen. Ésta, es plasmada en un sello de madera, el cual se baña con una tinta hecha a base de muicle, para posteriormente, colocar la tortilla a media
cocción y que la imagen se transfiera a ella.
Finalmente se regresa la tortilla a un comal para terminar la cocción y poder degustar. Cabe destacar que este elemento no cambia el sabor de la tortilla.
Los sellos ceremoniales, que son usados en las tortillas, son una muestra de la tradición otomí que aún se encuentra arraigada en el estado. Pintar la tortilla es una práctica habitual en Comonfort, por lo menos en la zona de los barrios de San Agustín y La Palma, cuyos orígenes se encuentran en
las migraciones de grupos otomíes; del primero, a mediados del siglo XVI, cuando se asentaron y congregaron formando el pueblo de San Agustín; del segundo, cuando en el siglo XVIII un grupo de vecinos de la hacienda del Molino de Soria compraron un terreno para construir una capilla y
venerar a su Santa Cruz. Comonfort resalta la tradición ancestral de los sellos ceremoniales que la cultura otomí dejo en Guanajuato.