En tan solo año y medio, el restaurante Colmillo Masaryk, se ha ganado el corazón de los comensales de la Ciudad de México, convirtiéndose en el favorito de los amantes de la buena comida y del mejor ambiente de Polanco.
Además de su oferta gastronómica inspirada en sus raíces regiomontanas con toques del streetfood de Los Ángeles y Nueva York, Colmillo ofrece un valor agregado de misterio y seducción en cada uno de sus espacios, con un diseño y curaduria de arte a cargo del estudio de arquitectura Oficina Sarmiento Legorreta.
El estilo de Colmillo Masaryk, así como de sus otras sedes ubicadas en Monterrey y Guadalajara, tiene personalidad propia que retoma estilos y corrientes inspiradas en referencias de diseño en todos sus rubros. Esta mezcla, ha dado entrada a un sitio atemporal y ecléctico lleno de detalles y de sorpresas, dando un “look and feel” único, que se sincroniza con el aroma característico del concepto, además de los tonos que van desde el funk de los años 70´s, pasando por hip-hop, un poco de rock experimental y sonidos electrónicos del viejo mundo.
Para el concepto de Colmillo, el arte es una pieza fundamental. En las paredes se pueden encontrar obras de reconocidos artistas como Aldo Chaparro, Pedro Friedberg, Napoléón Habeica, Yvonne Venegas, entre muchos otros más.
Colmillo se ha convertido en una marca icónica, que lleva a sus comensales hacia una experiencia multisensorial. El ambiente elegante y sensual, que en conjunto con su menú compuesto de selectos cortes, mariscos, tacos que incluyen trompos de res, cerdo y pollo; y mucho más; son la mancuerna ideal para cerrar negocios, celebrar una ocasión especial, o simplemente disfrutar de una gran experiencia gastronómica.