Por Marien Garza, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition
En este mundo globalizado y apresurado, en la industria alimentaria, las barras de proteína se han vuelto una colación o snack muy útil, éstas fueron creadas para complementar la dieta diaria.
Sabiendo que hoy existen gran variedad de suplementos alimenticios, es importante contemplar que los consumidores buscan apoyar su dieta diaria con alimentos bajos en carbohidratos y ricos en proteínas, y las barras de proteína son un producto alimenticio que satisface esta necesidad. En 2016, la industria de las barras de proteína se valoró en más de US$837 millones y varias empresas competían por una parte del mercado.[1]
Es fundamental saber que debido a la amplia variedad de barras de proteína que existen en el mercado, podemos encontrar en ellas diferentes fuentes de nutrimento. Algunas contienen proteína láctea; como caseína o suero de leche, o bien proteína de origen vegetal como proteína aislada de soya o proteína proveniente de nueces y semillas.
La Base de Datos de Alimentos que respalda el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, marca que la mayoría de las barras de proteína, proveen entre 10 y 20 gramos de proteína con un contenido calórico muy variable de entre 150 y 400 kcal. Y de aquí parte mi recomendación, recuerda individualizar el consumo de cualquier alimento o suplemento, para que de esta forma podamos decidir cuál es nuestra mejor opción.[2]
Otro punto muy importante al elegir la barra de proteína que vamos a consumir, es que debemos de fijarnos que el empaque por lo menos contenga la siguiente información: Contenido Nutrimental (información de calorías, proteínas y otros macro y micro nutrimentos), Ingredientes (de qué está hecha) y fecha de Caducidad (cuando expira).
Muchas personas, como yo, consumimos y saboreamos las barras de proteína, pues son un gran aliado para que de forma rápida y accesible, agreguemos una fuente de nutrición de buena calidad, sin añadir calorías, grasas o carbohidratos innecesarios y también nos ayude a obtener otros nutrimentos (como vitaminas y minerales).
Diversos estudios científicos, apuntan a que las dietas con mayor contenido proteico logran efectos positivos en la saciedad, frenando el apetito y ayudando a evitar excesos en el consumo de calorías extra[3]. También existen áreas de investigación muy interesantes, en donde las barras se vuelven objeto de estudio. Los adultos jóvenes (estudiantes universitarios) ajustan la ingesta calórica diaria de manera apropiada, luego del consumo de barras nutritivas por la mañana. Así, las barras representan una oportunidad única, para influir favorablemente en el estado nutricional de este grupo de la sociedad[4].
En el terreno del fitness y las actividades físicas, la demanda de barras de proteína, cada día es mayor, ya que apoyan a la construcción de masa muscular que los atletas tanto necesitan. Se utilizan mucho como aliados en el pre y post entrenamiento[5].
Por último, algo esencial que también hay que recordar es el sabor, satisfacer también este estimulo sensorial en tu barra de proteína, hace la diferencia para que te guste y la disfrutes.