Con demasiada frecuencia, los propósitos de Año Nuevo caducan antes de que se caliente el
champán. Aquí te compartimos algunas ideas para que esos propósitos se mantengan.
Los estudios demuestran que, aunque alrededor del 62% de los mexicanos hacen propósitos
relacionados con hacer ejercicio y el 50% con llevar una dieta balanceada 1 , solo el 8% 2 , los cumple.
Y es que, se necesita poco tiempo -y ningún esfuerzo- para abandonar las esperanzas más sanas.
Pero ¿por qué esa desconexión entre lo que queremos conseguir y nuestra capacidad para
hacerlo?
Encuadrar y enfocar
Resulta que la relación entre la mente y el cuerpo puede beneficiarse de las mismas cualidades
que aportamos a nuestras mejores relaciones interpersonales: implementar la metodología
SMART, practicar la paciencia y establecer una base sólida.
El primer paso, según el Dr. Óscar Quintero, Director Médico en Abbott, es cómo estructurar el
reto. “La palabra ‘propósitos’ puede tener una connotación negativa. Implica que hemos hecho
algo malo y que tenemos que eliminarlo de nuestras vidas. Yo prefiero la idea de establecer
‘intenciones’”.
«Cuando nos centramos en lo que podemos añadir a nuestras vidas, en lugar de quitarlo, nos
encontramos en una mejor posición para seguir adelante con el cambio de comportamiento. De lo
contrario, podemos sentirnos exitosos durante unos días porque nos hemos restringido, pero
luego llegamos al fin de semana y caemos del vagón.» El enfoque consiste en realizar un cambio
positivo. El éxito a largo plazo reside en los detalles. «Lo que nos lleva a romper nuestros
propósitos es que sean muy amplios. Céntrate en las pequeñas acciones», afirma el Dr. Quintero.
Sigue la metodología SMART
Los objetivos generales de perder peso, mejorar la salud o estar en mejor forma no son cambios
que se puedan hacer mágicamente, se necesitan acciones específicas para conseguir esos
resultados, como comer alimentos más ricos en nutrientes y aumentar la actividad física. Necesitas
objetivos SMART para conseguirlo.
Un objetivo SMART es:
Específico: Considera nutrientes en cantidades suficientes para alimentar tu cuerpo, pero
también para satisfacer tus antojos.
Medible: Poder hacer un seguimiento de lo que consumes para asegurarte de que tu
cuerpo está recibiendo lo que necesita. Queremos aprender si tenemos éxito o
necesitamos modificar algo en específico.
Alcanzables: Los objetivos que no podemos cumplir razonablemente son inútiles y
frustrantes. Quizá 3 a 5 raciones de fruta y verdura al día sea algo que podamos alcanzar.
Pero, piensa en pequeñas metas alcanzables -como 1 o 2 raciones- que podrían llevarnos a
cumplir ese objetivo mayor.
Relevante: ¿Es probable que lo que planeas hacer te haga conseguir lo que quieres?
Oportuno: No pierdas de vista tus objetivos diarios, semanales, etc. Registra tus
progresos, aprende de tus hábitos actuales y haz los ajustes necesarios. Puede que
aprendas que comer fruta y verdura en la cena funciona mejor que en el desayuno.
Conversaciones y paciencia con nuestro cuerpo
Está claro que ser SMART es una parte importante para mantener el compromiso. Pensar en lo
que estamos comunicando a nuestro cuerpo también es un componente vital para mejorar esa
relación.
«Lo que deberíamos decir sistemáticamente a nuestro cuerpo con nuestras acciones es que vamos
a cuidar de él. Te daré el combustible que necesitas, los sabores que te gustan y la satisfacción que
anhelas», explica el Dr. Quintero. «Puede que una noche le demos demasiadas porciones de pizza,
pero lo escucharemos y la próxima vez añadiremos proteínas y fibra a nuestra comida».
Como cualquier otra dinámica importante en nuestras vidas, la paciencia también desempeña un
papel clave. Con demasiada frecuencia vemos las recaídas ocasionales como un fracaso. Eso no
sirve de nada. En lugar de eso, debemos replantear estos momentos como oportunidades para
aprender sobre nosotros mismos, crecer y mejorar. Esta comprensión ayuda a la mente y al
cuerpo a tener éxito de manera conjunta, estableciendo patrones que permiten una mejora
sostenible.
Información sobre antojos
Los antojos pueden ser un reto, pero cuanto más conozcamos nuestro cuerpo y sus reacciones,
mejor nos irá. Utiliza los antojos para averiguar qué está pasando en tu día. Pueden ser un buen
termómetro. Si tienes los mismos antojos a las mismas horas, utiliza esa información para
ajustarte añadiendo proteínas y fibra a lo largo del día.
Las aplicaciones de nutrición y fitness también pueden aportar información que promueva la
buena salud, siempre que los datos se aprovechen por las razones adecuadas. Una aplicación que
registra lo que comes ayuda a correlacionar lo que consumes con cómo te sientes
«Eso podría hacerte pensar: ‘Debería añadir una fuente de proteína magra a mi desayuno de
mañana, en lugar de solo tomar café, lo que podría ser una opción equilibrada’. Pero utilizar esa
información simplemente para restringir la ingesta puede ser perjudicial».
Las apps pueden ser una gran herramienta para crear conciencia de los hábitos, sobre todo
cuando promueven la abundancia (más nutrientes, sabor, combustible) en lugar de una
mentalidad restrictiva.
Una talla no sirve para todos
Los cambios en la salud vienen de aprender a gestionar mejor la relación entre cuerpo y mente y,
como la mayoría de la ropa, una talla no sirve para todos.
No hay una talla adecuada para todos, ni un camino a seguir. Hay muchas maneras de llegar a
donde uno quiere. «Puede significar simplemente comer con más atención o caminar 30 minutos
más a lo largo del día. Siempre que emprendamos acciones que promuevan la salud, todos
podemos estar más sanos».
Cualquier minuto del día es el mejor momento para empezar a mejorar la salud. Concéntrate, sé
consciente y amable contigo mismo.