¿Qué pasa en México?
El aceite de maíz, la manteca de cerdo y el aceite de aguacate son las tres grasas alimentarias más utilizadas en la cocina mexicana. Cada una aporta características diferentes a los platillos típicos del país, y su elección se basa en el sabor que se desea lograr y la tradición regional. Pero las dos primeras tienen un aspecto negativo: su alto contenido de grasas saturadas, una grasa que no tiene ningún beneficio en sí misma más allá de los que ya aportan las grasas en general.
El aceite de maíz, a pesar de su versatilidad para la cocina local, es un aceite refinado que puede ser alto en grasas saturadas y omega 6. El exceso de grasas saturadas se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y obesidad. Además, un desequilibrio entre las grasas omega 3 y omega 6 en la dieta puede implicar efectos negativos en la inflamación del cuerpo.
La manteca de cerdo, aunque es apreciada por su sabor, es una grasa animal saturada que se ha relacionado con problemas cardiovasculares. Su consumo excesivo puede incrementar los niveles de colesterol en sangre, lo que a su vez aumenta el riesgo de enfermedades del corazón.
Además, México se ha convertido en un paraíso para la comida basura o ultraprocesada, la cual ha crecido exponencialmente en los últimos años, principalmente procedente de Estados Unidos. En concreto, las importaciones de este tipo de comida desde ese país han aumentado más del 20% desde 2018, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Cabe destacar que la comida ultraprocesada recibe un tratamiento industrial en el que se cambia la naturaleza del alimento original al adicionarle grasas, sal, azúcar, aditivos u otros elementos. Conserva la identidad básica del alimento que los origina, pero se altera el perfil nutricional del mismo, logrando un nuevo producto de peor calidad y desequilibrado en cuánto a los nutrientes.
Entre los alimentos ultraprocesados que México importa desde Estados Unidos destacan salsas, bollería, confitería, condimentos, saborizantes, ingredientes para hornear, carnes preparadas, conservas, pasteles, palomitas, patatas fritas, sopas, endulzantes o productos congelados, entre otros más, que en su gran mayoría están elaborados a través de grasas trans y grasas saturadas.
- Grasas trans: se forman cuando los aceites vegetales pasan por un proceso llamado hidrogenación. Pueden encontrarse en margarinas o en productos usados en pastelería para generar una grasa de consistencia más sólida. Desde 2021 prácticamente han desaparecido de la dieta de los europeos, gracias a la entrada en vigor del Reglamento (UE) 2019/649 de 24 de abril de 2019, el cual fija el límite para la presencia de estas grasas en 2 gramos por cada 100 gramos de grasas presentes en todos los ingredientes.
- Grasas saturadas: organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan que su consumo sea reducido. De hecho, OMS indica que se deberían tomar en un porcentaje menor al 10% de la energía, cuando a su vez aconseja que los adultos debieran ingerir entre el 20% y el 35% de su energía diaria en forma de grasa. Son las típicas grasas presentes en los alimentos de origen animal (manteca de cerdo), aunque también es posible encontrarlas en vegetales, como el aceite de maíz.
De tal manera, México se enfrenta en la actualidad a una epidemia de obesidad que afecta tanto a adultos como a niños y presenta cifras alarmantes. Por ejemplo, México ostenta el primer lugar del mundo en obesidad infantil, con el 35,6% de la población infantil afectada por este problema; mientras que este dato se eleva hasta el 75% en el caso de los adultos con sobrepeso u obesidad.
De hecho, la OCDE prevé que las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad reducirán la esperanza de vida de los mexicanos en más de 4 años durante los próximos 30 años.
¿Qué puede hacer el aceite de oliva?
El aceite de oliva, con sus muchos beneficios para la salud, puede desempeñar un papel crucial en la lucha contra el problema de la obesidad y el sobrepeso en México. Es más, con el simple hecho de sustituirlo por otros aceites vegetales, como el aceite de maíz, el cual contiene grasas saturadas, se presenta como una solución. Y es que la OMS considera la dieta mediterránea como una de las más saludables del mundo, entre muchas otras propiedades que ofrece este patrón alimentario, debido a su rasgo diferencial: el aceite de oliva. Este alimento -a diferencia del aceite de maíz- pertenece al grupo de las grasas insaturadas, calificadas por los expertos como “las grasas saludables” debido a que contienen los ácidos grasos esenciales linoleico y linolénico en cantidades relativamente importantes. También destacan por la presencia de ácido oleico, que es el componente mayoritario (40% de las membranas) de todas nuestras células, y de compuestos bioactivos como los tocoferoles, polifenoles, terpenos o escualeno, entre otros.
Tanto es así que en la Unión Europea y Estados Unidos se pueden utilizar diversas alegaciones nutricionales que confirman que el aceite de oliva cuenta con diferentes efectos beneficiosos para la salud de las personas y que están asentados en multitud de estudios científicos sólidos.
Por ejemplo, la Unión Europea, organización supranacional que cuenta con los estándares de salud más exigentes del mundo, recomienda un consumo mínimo diario de 20 gramos de aceite de oliva. Pero, ¿cuál es la cantidad diaria razonable para beneficiarse de las virtudes saludables del aceite de oliva, según los investigadores, sin por ello sumar demasiadas calorías a la dieta?
De acuerdo con Ramón Estruch, consultor senior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del estudio PREDIMED, en el que participaron unas 7.500 personas, los participantes en el proyecto, que siguieron una dieta rica aceites de oliva virgen extra -entre 40 y 50 mililitros al día de aceite de oliva virgen extra- durante años tenían menos riesgo de padecer diabetes, su presión arterial era mucho más baja, presentaban menos cuadros de depresión y, sobre todo, tenían menos riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Conjuntamente, Fernando López Segura, miembro de la Unidad de Lípidos y Arterioesclerosis del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y uno de los investigadores principales del estudio CORDIOPREV, afirma que de 500 personas, del total de 1.000 que habían participado en su trabajo y que habían sufrido un infarto, siguieron una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra -entre 40 y 50 mililitros al día de aceite de oliva virgen extra-, experimentando una reducción de un 28% menos de recaídas en su enfermedad. Incluso en el grupo de los
hombres, la reducción del riesgo cayó en mayor medida, un 33%, comparado con los otros 500 que siguieron una dieta sana, pero baja en grasas. Al final, se compró que el aceite de oliva era más eficaz que los fármacos existentes para prevenir la muerte o el reinfarto, según el doctor.
Por tanto, los investigadores y expertos en salud aseguran que entre 40 y 50 mililitros al día puede ser la cantidad óptima, lo que equivale a unas tres o cuatro cucharadas soperas diarias.
¿En qué consiste la campaña?
“Olive Oil World Tour Experience México” es una campaña de información y promoción, impulsada por Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español (Aceites de Oliva de España) con el apoyo de la Unión Europea, diseñada para invitar al consumidor mexicano a adoptar un estilo de vida saludable y delicioso a través del consumo de aceite de oliva europeo.
Un viaje de sabores a Europa desde México
Esta campaña se ha desarrollado a lo largo de estos dos últimos años en México, con un enfoque especial en las principales ciudades del país, como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. España, como líder mundial en la producción, distribución y comercialización de aceites de oliva, encabeza este emocionante proyecto europeo. Su mensaje principal, «Saborea la Vida. Esa es la Actitud de Europa,» refleja la esencia de esta campaña única. El objetivo principal de esta iniciativa es simple pero poderoso: aumentar el consumo de aceites de oliva de origen europeo en México, llamando al consumidor a descubrir la verdadera esencia de la cocina mediterránea.
Más que una campaña, una experiencia inmersiva
Olive Oil World Tour Experience México es más que una campaña, es una experiencia inmersiva que ha permitido al consumidor mexicano sumergirse al 100% en la cultura del aceite de oliva. Es decir, se trata de una campaña de 360 grados, que ha llegado al público objetivo a través de diversos canales de comunicación. Las acciones se han llevado a cabo tanto en las redes sociales como en los medios de comunicación tradicionales, como la televisión o la radio, pero lo más emocionante han sido las actividades experienciales que buscaban la participación del público.
Saborear y educar
Además de deleitar al consumidor mexicano con la deliciosa cocina mediterránea, la campaña también se ha enfocado en educar sobre los innumerables beneficios y cualidades del aceite de oliva. Por tanto, ha llevado la cocina del Mediterráneo a las mejores universidades de gastronomía de todo el país, donde los estudiantes han podido sumergirse en las propiedades y usos de los aceites de oliva de Europa. Esta iniciativa no sólo ha sido un viaje culinario, sino también una oportunidad para aprender sobre los beneficios para la salud de estos aceites.