¡Llegó el verano! 5 actividades para hacer en familia

La familia es nuestro núcleo más cercano. En ella conocemos el amor y aprendemos el sentido de pertenencia. Los lazos que se crean ayudan a los niños a tener más confianza en sí mismo y a ser mejores personas.

Para fortalecer aún más este vínculo, se requiere comunicación, respeto y mucho cariño, así como pasar tiempo unidos haciendo actividades divertidas. En este sentido, YoYo, la plataforma de artículos pre-loved que busca construir una comunidad con conciencia, comparte cinco actividades divertidas que se pueden realizar en familia, aprovechando la llegada del verano y las vacaciones de los niños.
Noche de cuentosApaguen los dispositivos electrónicos y enciendan la diversión. Arreglen un espacio de la casa con cojines, tapete y cobijas; que cada integrante tome un lugar y pónganse cómodos. Cuenten historias, no importa si son conocidas o improvisadas.  
Huerto en casaLa terraza es un lugar perfecto para realizar este proyecto. Se puede realizar desde cero, plantando las semillas para verlas germinar o comprando pequeños brotes de diferentes plantas. Todos deben comprometerse a regarlas y cuidarlas. En poco tiempo crecerán y nacerán los primeros frutos y los niños se emocionarán mucho.
Pequeños chefs Toda la familia puede involucrarse para preparar el desayuno, la comida o la cena. Es mejor que sean platillos sencillos para que los niños puedan involucrarse; además, es verano y se antojan preparaciones frescas, como ensaladas, emparedados o pastas ligeras, acompañadas de aguas con fruta natural.
Aprendiendo a reciclar y reutilizar Esta actividad, además de ser muy divertida, inculcará en los niños el consumo responsable y la conciencia ecológica. Se puede empezar por la ropa, separando lo que se seguirá usando, de lo que puede tener una segunda vida con otra persona.
Al día siguiente, se podría hacer lo mismo con los juguetes o con artículos escolares y de papelería.
Una historia cada día Las vacaciones son la temporada perfecta para fomentar el hábito de la lectura. Cada día se puede apartar una hora para
leer. Se puede empezar por cuentos cortos y, poco a poco, seleccionar lecturas más largas.
Los niños pueden leer en voz alta unos días, para que todos sigan la historia; o en voz baja, que beneficiará su concentración y compresión.

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